En la entrada del Blog de hoy vamos hablar de un tema muy básico sobre unos conceptos muy sencillos pero al mismo tiempo fundamentales para la arquitectura, es el tema de las orientaciones de las viviendas, es una cuestión bastante olvidada por algunos profesionales, ya que muchas veces se deja en un segundo plano, cuando es un tema fundamental para que los edificios funcionen correctamente.

Sobre todo es fundamental para aquellos lugares en los que se puede elegir la orientación, aunque es cierto,  que si por ejemplo tenemos un solar en un terreno urbano con edificio alrededor, no podríamos elegir la orientación obviamente, ya que tendríamos menos libertad, pero para hacer por ejemplo una vivienda unifamiliar o un edificio aislado de cualquier otro tipo, lógicamente las orientaciones pueden ser seleccionadas, y en base a esas orientaciones tendremos que distribuir nuestro programa, es decir, los usos del edificio.

Para hacer como un esquema de cómo se comporta el sol, primeramente tenemos que saber que el sol nace por el este y se esconde por el oeste, el sol se inclina hacia la zona sur, por tanto, sus rayos van a incidir sobre las fachadas sur del edificio, los espacios colocados en la zona este van a recibir luz de mañana y los espacios ubicados en el oeste van a recibir luz de tarde. Al norte la incidencia directa del sol es inexistente, por tanto, el tipo de luz que recibimos es de carácter difuso como resultado del reflejo de la luz del cielo en otros objetos como pueden ser edificio, arbolados, etc. Es una luz que no tiene sombra, una luz difusa que también puede ser determinante para según que usos.

El sol aunque siempre incide desde la zona sur, en el invierno el sol incide de una manera más horizontal, mientras que en verano ocurre lo contrario, ya que incide una manera más vertical en el hemisferio norte, en el hemisferio sur ocurre lo contrario.

En verano el sol está muy alto en el cielo y la sombra de los edificios es mucho más pequeña porque la incidencia del sol es mucho más perpendicular, es decir, si tenemos un edificio, en invierno el sol incide sobre este y la sombra es más alargada, sin embargo, en verano la sombra es mucho más pequeña. 

El tema de las orientaciones es tan importante porque nos permite distribuir los espacios que tenemos en la vivienda de una manera óptima, teniendo en cuenta la luminosidad que vamos a recibir a lo largo de todo el día. Imaginaros que vamos a construir una vivienda, pues en la zona sur de la vivienda lo lógico es orientar espacios principales de la misma, como pueden ser: salones, comedores, cocinas, es decir, espacios abiertos, espacios públicos, dónde nos permita recibir la mayor cantidad de luz posible.

Si lo hacemos en dos plantas, lo ideal sería las habitaciones orientarlas al sur también, porque a nivel energético la vivienda sería más eficiente. Aunque si lo hacemos en una sola planta las podríamos orientar al este las habitaciones, ya que recibimos luz de mañana. En la zona norte lo ideal es poner espacios secundarios, como pueden ser, baños, trasteros, etc. La luz de norte es ideal ya que es una luz agradable también para estudiar, trabajar, como podría ser una biblioteca o un despacho, es una luz agradable para trabajar ya que es una luz difusa igual que el sur nos crea espacios con luces y sombras muy marcados la zona norte es todo lo contrario, porque la luz que recibe el norte (difusa) viene reflejada de otros objetos como pueden ser edificios, arbolado, del propio cielo, entonces es una luz muy agradable para estudiar. Pero claro, los huecos no pueden ser muy grandes porque energéticamente eso nos va a penalizar, ya que no recibe luz directa y por lo tanto, no recibimos energía en invierno y nos encontraríamos con una zona muy fría.

La zona oeste sin embargo, podríamos utilizarla como habitaciones si no nos queda otra opción, mejor que al norte, pero lo óptimo sería esté y sur, las cristaleras lo bueno es abrirlas al sur en invierno, enverano hay que tener cuidado, sobretodo en una zona como en la que vivimos España, ya que el sol pega mucho, entonces las temperaturas en verano suelen ser muy elevadas y por lo tanto, lo que nos pide el sentido común es protegernos en verano, ¿cómo nos protegemos? Un mecanismo muy sencillo, como puede ser un porche, algo que proteja el hueco, por la inclinación que comentábamos anteriormente.

Teniendo en cuenta estas aclaraciones podemos tener una vivienda que no sólo funcione bien a nivel energético, sino que la luz que recibe a lo largo del día, va acorte con los usos que tiene la vivienda, porque la diferencia de temperatura en invierno de una fachada a otra pueden ser tres o cuatro grados perfectamente, por no hablar de lo que calienta el sol, que hace que la diferencia sea mayor.