1. Visita virtual del terreno.

La primera exposición al campo para ver si vale la pena es en línea. La mejor forma es verlo a través de cualquier aplicación de mapas que te permita estimar cosas como su ubicación en relación con el centro urbano, la vía de acceso a la parcela, la dirección, la forma del terreno, si tiene pendientes pronunciadas, etc.

2. Visita física.

Una vez que hayamos decidido que la propiedad le parece adecuada, lo mejor es visitarla en persona. Pero no se trata solo del terreno, también es conveniente caminar por la zona e intentar apreciar no solo el terreno, también es conveniente caminar por la zona e intentar apreciar no solo el terreno sino también todo lo que rodea.

Vistas del terreno, hay ocasiones en las que las vistas por sí solas casi valen la pena. Como puede ser la dirección del sol.

Las pendientes son muy importantes, sobre todo desde el punto de vista económico, ya que si el terreno tiene pendientes pronunciadas, será mucho más caro de construir que un terreno plano o con pendiente suave.

Si la visitas en persona, podrás apreciar cuestiones como qué tipo de alojamiento tienes al lado o en frente de la parcela y cómo afecta esto a tu parcela. A veces, tener una casa grande a tu lado puede proyectar sombra sobre tu casa.

3. Revisar la normativa urbanística.

Lo que determinará por completo la capacidad del solar es lo que indica el plan urbanísico general de dicha parcela. Dentro de los estatus, hay una serie de preguntas que deben hacerse para decidir en última instancia si otorgar este terreno, o quizás hacer, una oferta económica por datos urbanos justos y razonables.

4. Revisar deudas, cargas y servidumbres.

Primero debes solicitar una copia simple del registro de la propiedad, donde se verá reflejado alguno de los problemas, si los hubiera. En cuanto a las comodidades, aunque no son comunes, en ocasiones un terreno puede ser utilizado legalmente por otras personas o empresas. Para fines de propiedad, este espacio es suyo, pero tiene permisos creados preaviamente que permiten que otras personas externas lo usen.

5. Reservar un terreno.

Esta reserva se formaliza a través de un contrato, que es simplemente un contrato separado entre comprador y vendedor en el que ambos están obligados a realizar la compra mientras preparan todos sus trámites burocráticos necesarios para llevarla a cabo.

6. Firma de la compraventa.

El último paso es documentar la compra y venta de terrenos. El contrato estipula lo que se ha acordado y las demás características del terreno. Después de la firma ante notario, el mismo día se notificará al Registro de la Propiedad el cambio de propietario del terreno. En el notario mismo o en el gerente si tienes uno, él se encargará de todos los trámites y te darán una cita para fimar con el notario cuando esté todo listo.